Nosotros Alimentamos el Mundo - We Feed The World
Dirección y guión: Erwin Wagenhofer.
País de producción: Austria.
Año: 2005.
Duración: 96 min.
Producción: Helmut Grasser.
Música: Helmut Neugebauer.
Fotografía: Erwin Wagenhofer.
Montaje: Erwin Wagenhofer.
Estreno en Austria: 30 Sept. 2005.
Estreno es España: 07-11-2008.
Distribuida en España por: Karma Films.
Página oficial: We Feed the World.
Documental sobre los alimentos y la globalización, sobre los pescadores y los agricultores, sobre los camioneros de larga distancia y los ejecutivos de grandes compañías, sobre la circulación de los alimentos, una película sobre la escasez dentro de la abundancia. “Nosotros alimentamos al mundo” ofrece una visión del proceso de producción de nuestra comida a la vez que responde a la pregunta de qué tiene que ver con todos nosotros el hambre en el mundo.
Crítica de Cine.com por Leo Aquiba Senderovsky.
Este documental didáctico y expositivo del austríaco Erwin Wagenhofer, recorre varios países, intentando responder siempre al mismo interrogante: ¿Cómo se vincula la industria del alimento con el hambre en el mundo? Wagenhofer observa los distintos procesos de la cadena industrial, desde los agricultores hasta las grandes fábricas, y entrevista a distintos personajes, desde los hombres que trabajan la tierra hasta expertos en la materia. La síntesis es la misma en todos los casos, desde el inicio hasta el final de la película: Hubo un tiempo en que un productor podía alimentar a su familia con su propia producción. Hoy, esto es imposible, y gran parte de los problemas alimentarios del mundo se deben a la corriente industrialista y a las subvenciones que adquieren las grandes corporaciones alimenticias del mundo, que entierran las esperanzas de crecimiento de los pequeños productores. Así, vemos entre otras situaciones, a un agricultor comentar que toda su cosecha de maíz se destina a la producción de combustible, ejemplo de cómo la materia prima alimenticia se produce más para saciar el hambre industrial que el hambre real. Otras situaciones que se exponen en esta interesante y necesaria investigación están vinculadas con la manera en que la industria altera los alimentos para aumentar su valor en el mercado, lo que se traduce en una perspectiva cada vez más negativa con respecto a lo que los habitantes consumen hoy y consumirán en un futuro. La otra cara de estas cuestiones aparecen cuando Wagenhofer se introduce en la realidad del Mato Grosso, donde la pobreza es extrema y las personas deben alimentar a sus hijos con agua estancada. Fuera de esta contundente exposición de la cruda realidad que esconde la industria alimenticia, se encuentran algunas duras secuencias como el proceso fabril de faena y elaboración del pollo, que solo se asocia con el resto en su crudeza, aunque no viene a cuento de los principales interrogantes del film. El resto, una clase tan desgarradora como real y necesaria de ser aprendida, para que todos entendamos cuál es nuestra intervención en el proceso cada vez mayor de desnutrición mundial. Como advierte uno de los entrevistados, luego de mostrar la dolorosa realidad de algunos agricultores que trabajan con los mismos medios que en la Edad Media, para que algunos podamos comer bien, otros deben morir de hambre. Ese es el lema que esconde el complejo proceso industrial de los alimentos que llegan a cualquier supermercado.
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